Volar de un lado a otro pensando en el fin del mundo. Y que el fin del mundo me pille bailando. Meter la cabeza en el cuello vuelto del jersey, no sé si por esconderme, por intentar recordar una canción de hace demasiadotiempo o por taparme la boca y no cagarla otra vez más. Los lunes deberían estar prohibidos, pero eso ya lo he dicho demasiadas veces. No lo parece, pero sigo sonriendo por dentro, que puntúa doble.
1 comentario:
Yo, al fin del mundo, lo trato como una persona más, así nos quitamos los miedos.
(los lunes están bien si los pintas de azul)
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