29 octubre, 2012
Kamikaze
Conciertos que un día lejano prometí que vería. Ir a Granada, y que te reciba lloviendo. Sonreir. Planta baja. Chica de la parada. Sonreir. Descubrir que las compañeras de piso existen. Vogue. Sonreir. ¿Y si esperamos cincuenta minutos a que abra el Opencor? Sonreir. Yo esto ya lo he vivido antes. Fuga de billetes de bus. Apurar. El periodico que no pudiste comprar. EL japo. Sonreir. Desayunar zumo de cebada y sushi. Recuperación de amigos inconscientes. Sonreir. Bus de vuelta. Sonreir. Pero un poco menos, porque volver es una mierda.
11 octubre, 2012
se morderá los labios hasta sangrar silencios
la idea original era que se acababa. que se pasaba. que había un punto de inflexión, al que llegarían tarde o temprano y que sería el punto final. o seguido. eligió el punto. y eligió el más lejano que se le ocurrió. el escenario menos probable, el mayor consumidor de energía. porque o llegas a la meta o te quedas toda la vida merodeando alrededor de la cinta y las banderolas que marcan el lugar. esto se acababa, joder. porque llegar hasta ese maldito punto le había costado un montón de lágrimas. y otro más grande de carcajadas metidas en tarros de mermelada tapados con tela de cuadros blancos y rojos. muy francés. pero no. ahora resulta que tampoco puede elegir. que ni ha llegado ni sabe dónde está la famosa meta
...y el mismo recuerdo en el balcón
...y el mismo recuerdo en el balcón
(el título no es mío, sale de aquí )
¿qué?
bufanda,
incongruencia,
sonrisas
01 octubre, 2012
menü fünf
Cinco años. Un lustro. Posiblemente los cinco años en los
que más me he reído en mi vida (que ya es partir de cotas altas, para qué
mentir). Cinco años en los que los ojos se me llenan de recuerdos, de gente
nueva que se convirtió inmediatamente en indispensable. De gente que estaba ahí
antes, y que ahora sé que se quedará para siempre. La vida, que hace filtro.
Cinco años en los que he aprendido a hacer fotos y a viajar. A viajar con los
bolsillos vacíos y las ganas puestas. También he aprendido a huir. Pero siempre
hacia delante. Me veo incapaz de resumir
estos cinco años (yo, la reina del collage de fotos y el punto y seguido),
porque no quiero dejarme ninguna sonrisa, ningún abrazo, ninguna mirada. Hoy cumplo
cinco años. Porque hoy hace cinco años que Aachen entró en mi vida, trayéndome
a mí de paso. Es cierto que estos cinco años también han estado llenos de
despedidas: en aeropuertos, en estaciones de tren, en paradas de autobús, en
taxis, en intercambiadores y en estaciones intermodales. Despedidas que
detesto. Y en las que nunca se dice adiós. Son cinco años de repartir amigos
por el mundo y jugar a visitarlos. Amigos propios y heredados. De hacer planes
y recorrer el mundo con amigos de amigos que se convierten en propios. Cinco años
en los que he conocido quince países, he aprendido alemán, puedo chapurrear
italiano y catalán (con acento valenciano, eso sí) y he acabado la carrera. Cinco
años en los que he sido inmensamente feliz.
Gracias a todos, por venir y contribuir.
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