11 octubre, 2012

se morderá los labios hasta sangrar silencios

la idea original era que se acababa. que se pasaba. que había un punto de inflexión, al que llegarían tarde o temprano y que sería el punto final. o seguido. eligió el punto. y eligió el más lejano que se le ocurrió. el escenario menos probable, el mayor consumidor de energía. porque o llegas a la meta o te quedas toda la vida merodeando alrededor de la cinta y las banderolas que marcan el lugar. esto se acababa, joder. porque llegar hasta ese maldito punto le había costado un montón de lágrimas. y otro más grande de carcajadas metidas en tarros de mermelada tapados con tela de cuadros blancos y rojos. muy francés. pero no. ahora resulta que tampoco puede elegir. que ni ha llegado ni sabe dónde está la famosa meta


...y el mismo recuerdo en el balcón

(el título no es mío, sale de aquí )

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