30 octubre, 2011

bikes ain't for summer [LVM]

Hace tiempo que empecé a espiar (podría usar eufemismos, pero la verdad es esa) el experimento que Jackie está llevando a cabo desde hace tiempo: proponer un tema cada mes y que todo aquel que quiera comparta sus fotos sobre el mismo tiempo. No sé si lo conocéis o no, pero hay auténticas maravillas, echadle un ojo al flickr del grupo...no os arrepentiréis!!

En cualquier caso, este mes el tema es Bicicletas... y aunque a principios de Octubre no veía nada claro eso de lanzarme a la piscina y subir mis fotos de bicicletas... ¡aquí estamos!
Oxford. Marzo de 2007

Una mañana de domingo en la Casa de Campo. Abril de 2011

Paseos por la casa de Campo. Abril de 2011

Amsterdam. Febrero de 2010
Paseo de Coches de El Retiro. Madrid. Agosto de 2011

Copenhage. Febrero de 2010


Esta vez son prácticamente todas (bueno vale, todas...) de archivo (mal, mal, hay que salir a hacer fotos, lo sé) pero las bicicletas siempre han sido algo a lo que le he hecho fotos de manera casi incosciente cada vez que salgo de casa cámara en mano y por lo menos ha servido para que me atreva a empezar...
¡¡ya estoy deseando ver el tema del mes que viene y echarme a la calle a ver qué soy capaz de hacer!!

24 octubre, 2011

de muros y derrotas

Me pasé media vida aprendiendo a construir muros para levantarlos a mi alrededor, para que nada me tocara. Aprendí a vivir en una torre de marfil tan aislada como imperfecta, que se vino abajo de golpe. Sin previo aviso. Lo dejé estar y eso me comió por dentro, desde las entrañas. Sin embargo, supe (o creí saber) dejarlo pasar. Perdí la partida. O al menos me mentí a mí misma diciendo que lo hacía, cuando en realidad lo único que hacía era volver a levantar mis muros a partir de los escombros intentando dejar fuera todo lo que no me venía bien, pero ya estaban llenos de agujeros.



Y por eso ahora no sé qué hacer, ni por dónde me sopla el aire. Porque estoy afectada por una suerte de exibicionismo de palo que me lleva a sonreirle a desconocidos, que en realidad implica tantas cosas que no quiero ni saber. Porque ahora que llueve, ahora ya me da igual.

19 octubre, 2011

de bucles y sonrisas

caminar por la calle como si fueses el protagonista de algo. sonreirle a la gente que pasa sólo porque sí. las primeras gotas del otoño. planear fines de semana. pensar disfraces. de mayor quiero ser perry, el ornitorrinco. porque los ornitorrincos no hacen gran cosa.

pasear como si el tiempo fuera infinito. cambiar el mundo entre cafés y muffins a medias. reir hasta quedarnos sin voz. reencuentros que confirman que la distancia son los padres

13 octubre, 2011

de semanas con dos lunes y problemas de recogimiento

Y es que los días de fiesta me gustan tanto como me descuadran. Salir a la calle y no ser capaz de volver. Aprovechar los últimos rayos de sol antes de que llegue ese frío que tanto echo de menos. Porque seamos realistas, en el mundo hay dos tipos de personas: aquellas a las que les pierde el calor y viven para ir de un lado otro en bañador y mini shorts; y las que son de frío, las que disfrutan andando por la calle con la cara hundida en capas y capas de bufanda, con la nariz helada y las manos en los bolsillos. Yo, obviamente, soy de las del segundo grupo, pero también sé que voy a echar de menos las terrazas de Madrid y pasear por el Retiro.

Por eso últimamente tengo problemas de recogimiento. De recogerme a mí misma, se entiende. Porque todo parece mucho más interesante cuando estás en la calle. Pasear por el Metro con una calabaza de casi dos kilos un lunes por la tarde, salir a tomar una caña y cerrar los bares un martes, ir de concierto y acabar en bares de solera...



Octubre nunca fue mi mes favorito, pero he de reconocer que este año, de momento, se está portando

07 octubre, 2011

de estrenos y buenos deseos

Vamos a empezar por el principio. Por aquello que escribí alguna vez para describirme. Porque sí, esta de aquí abajo soy yo.

No me gusta el fútbol. Nunca me ha gustado (y se que esta mal decirlo por estas fechas). A cambio, sé perfectamente lo que es un fuera de juego.

Tengo una cicatriz en el párpado izquierdo, justo a ras de pestañas, justo al lado del lunar que siempre confundo con un pegote de rimel

Cuando escribo a mano, escribo en mayúsculas por definición. Si escribo a máquina, todo va en minúsculas. Escribir en alemán es una lucha constante con mi cerebro.

Siempre (o casi) tengo la nariz helada y en invierno los pies se me convierten en cubitos de hielo.

Adoro recibir cartas, postales o cualquier otra chorrada siempre y cuando venga por correo, pero soy un desastre para mandar postales de navidad o cumpleaños.

Soy incapaz de llorar y punto. O lloro y me río, o lloro y me caigo o lloro y duermo.

No tengo equilibrio ni sentido del espacio corporal, así que vivo en un continuo moratón.

He jugado al voley, he sido árbitro y he colaborado en la liga Mundial. Me he dejado la garganta animando cada fin de semana durante cinco años. Nunca fui muy buena, y creo que nunca me sentí parte del equipo.

Se me dan bien las manualidades, pero odio (con todas mis fuerzas) hacer maquetas.

Nunca sabré por qué estudio arquitectura o por qué me gusta, pero no podría hacer otra cosa

Me da miedo comprarme un gato porque me da miedo acabar como la loca de los gatos.

Colecciono desde hace años (quien dice coleccionar dice almacenar) etiquetas, pegatinas y cualquier otro tipo de objeto inútil que me recuerda algo o alguien.

Cada persona que conozco la asocio a un color y a un olor. El color puede cambiar con el tiempo, el olor no.

Me fijo en las manos y en la sonrisa de la gente, hasta el punto de ser capaz de reconocer a la gente por cualquiera de estos rasgos.

Me encanta el sonido que hace un bolígrafo al escribir deprisa

Aprieto tanto el bolígrafo al escribir que tengo un callo inhumano que me ha deformado la uña del dedo corazón de la mano derecha, pero sospecho que le da personalidad a mis cortes de mangas

Me gustan los idiomas y me encantaría aprender italiano y árabe

Sé leer al revés

Soy una tímida reconvertida, como los zurdos a los que se les obliga a escribir con la derecha.

De pequeña quería ser zurda, llevar gafas y cuando jugábamos a Heidi, me pedía a Clara

Siempre fui una niña muy rara, y lo sabía

Escribo con relativa frecuencia desde hace años, pero dudo que alguna vez se lo enseñe a alguien

Me encantaría saber escribir bien y escribir una buena novela

Sería inmensamente feliz si dedicase el resto de mi existencia a hacer fotos

A veces me planteo hablar un día entero sólo con onomatopeyas, a ver qué pasa

Soy entropía

Tengo la teoría de que nunca puedo estar bien en todos los aspectos de mi vida al mismo tiempo. Y aún sabiéndolo, he aprendido a ser feliz con ello

Me cuesta horrores decir que lo siento, lo que siento o cómo lo siento

Si sonrío de verdad, los ojos se me hacen pequeñitos y lo veo todo a través de las pestañas

Tengo una línea de lunares que va desde el extremo del ojo izquierdo hasta la mandíbula

No suelen gustarme las pelis de miedo, pero disimulo

Sólo me muerdo la uña del pulgar izquierdo.

Conforme pasa el tiempo, me vuelvo más supersticiosa y más maniática, pero nadie parece darse cuenta

Me gustaría ser capaz de componer una canción

Me encantan los abrazos, aunque me retuerza de cosquillas

Tengo tendencia a ser el paño de lágrimas de todo el mundo

Nunca he vivido cerca del mar, pero pienso hacerlo algún día

Me gusta tanto Madrid como me agobia

No me gustan ni los pimientos ni el bacalao, pero si me invitas nunca diré nada. NUNCA

Se me pegan los acentos con una facilidad pasmosa
No tengo fotogenia, y hasta que me fui de erasmus rara vez salía en una foto

No me gustaba la cerveza antes de Aachen

A veces pienso y sueño en alemán. A veces, no me entiendo

Odio que me llamen Ire, se me hace tan raro que casi nunca contesto

Me pierde mirar el fuego. Literalmente

A veces me planteo que lo mío puede ir a peor y acabar chalada perdida

Me da tanto miedo acabar la carrera como pavor no ser capaz de terminarla